🕰️ De raza tradicional a patrimonio genético
Según la investigación realizada por María Santos (2023) La cabra Moncaína ha recorrido un camino lleno de desafíos, esta raza caprina se forjó a base de adaptación, pastoreo y tradición. Durante siglos fue el sustento de familias rurales, especialmente en zonas donde ni siquiera los bovinos podían prosperar.
Pero a finales del siglo XX, todo cambió. El abandono del campo, el envejecimiento rural y la llegada de razas más “productivas” redujeron su población drásticamente. Parecía que la Moncaína estaba condenada al olvido.
✅ Un punto de inflexión: rescate y reconocimiento
Afortunadamente, en 1999 fue reconocida oficialmente como raza autóctona en peligro de extinción de acuerdo al catálogo oficial de España (Razas de ganado del catalogo web_tcm35-118989.pdf) . Desde ese momento comenzó una nueva etapa de su historia: la del rescate consciente.
Gracias a la labor de ganaderos locales y organizaciones como RFEAGAS, se han logrado avances notables:
- Se creó un libro genealógico oficial.
- Se implementaron programas de reproducción controlada.
- Se promovió su carne como producto local de alta calidad (especialmente el cabrito lechal
Una raza con morfología única
La Moncaína no solo tiene historia, también tiene presencia. Sus características físicas hablan de una raza fuerte y bien adaptada:
🌱 Un modelo de progreso sostenible
Hoy en día, el verdadero progreso de la Moncaína no se mide en litros de leche ni en toneladas de carne. Se mide en valor ecológico, cultural y genético.
- Prevenir incendios forestales mediante el pastoreo.
- Mantener paisajes naturales y biodiversidad vegetal.
- Revivir la identidad ganadera de pueblos serranos.
Cada cabra Moncaína criada en libertad es un acto de resistencia rural y un paso hacia un futuro más equilibrado.
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